miércoles, 7 de noviembre de 2007

En el limbo

Necesito un abrazo, pero no cualquier abrazo, de esos que no se olvidan, que no te olvidan. Esta primavera que ni mi nariz, ni mi mente, ni mi corazón aguantan. Deben ser los achaques de los dieciocho, el pensar cuánto tiempo he perdido, en las distancias que nos separan, en la inutilidad de estos años, y en darme cuenta de que no había olvidado esos viejos pensamientos, esos de peque, de niña que se encantaba por encantos que no todos veían, y ser absolutamente insensible al mundo frívolo que nos rodeaba. Las personas poco cambian, o no me doy cuenta al ir cambiando con ellos. ¿Por qué no disfruté con los demás así como ahora, tarde, lo hago? Estaba demaciado preocupada de mi misma, de entenderme, necesitaba sufrir para madurar, y aun así no sé si lo hice, creo que lo mio es involución, cada vez más infantil, más sin sentido, no quiero ser masa, pero a eso me lleva mi haragana vida, mi rutina llena de cansancios, de trabajos y deberes que esta conciencia no permite finalizar. Como si quisiera extender el tiempo, vivir en cámara lenta, aceptar lo que por sí se merece, aunque no haya dado todo por ello. Es que ya no se puede más. ¿Para qué? Si ya nada se puede hacer. Sigo en el limbo. Sin desición. Sin ganas. Sin libertad. Sin amores.



Dame una pista, algun rastro...


jueves, 1 de noviembre de 2007

31 Octubre 2007



Esta fue la última imagen que tomé con la cámara... ya murio...





aluciné







Busco alguien que sacuda mi cabeza...