Se te sube la sangre a la cabeza, te tiritan las manos, se te acelera el pulso, te pones roja, agudizas tu mirada, olvidas la razón de las cosas, y disparas, disparas verdad, disparas sentimiento, disparas vivencias, disparas estupideces. Y después, recibes, nada. Y después, solo un largo tiempo te espera, para pensar, analizar, para nada. ¿Qué conclusiones sacamos? Que eres estúpida. ¿Qué ganaste? ser más estúpida. Y ¿por qué haces eso entonces? Porque está en mi esencia, creo. Porque no aprendo a controlarme aún. Porque se me olvida que no soy nadie. Porque olvido que soy sentimental, soy pasional, soy "irracional", soy mujer. Y sí, somos inferiores, a veces así me siento, por el simple hecho de no autolimitarme, por dejarme ser aunque sea un ser inútil, un ser absolutamente absurdo, que pretende cosas que no entiende, que abusa de sí mismo, y termina en NADA. Como siempre, nada, será coincidencia, será totalmente una verdad. Nada.
Y me detesto, y me aguanto, y vuelvo a lo mismo, y lo controlo, y luego se me olvida para qué lo hacia, y vuelve el ciclo. Maldita bocota, yo y mi bocota. Lo peor de todo, es que todavía no me enseñan a contar...