sábado, 9 de febrero de 2008

Mi nuevo DesPertenecer

Las semanas pasan y pasan como si nada, claro, si son las vacaciones. Al principio, como siempre, con esa dificultad para despegarme de las rutinas, y más aun, de las personas, extrañando demaciado a quienes tal vez nunca conocí como pude haberlo hecho, conociendo de ellos nuevas facetas, en distintos horarios y ambientes, pero siempre con la alegría, la complicdad de haber provenido de un mismo lugar, claro que separados por distintos caminos, compartiendo nostalgias o vivencias que de tanto escucharlas te parecen propias, pero no, son de ellos, de quienes como nunca aprendes a valorar, ahora que todos partimos, lejos, o no tan lejos, pero a mundos tan distintos que sabemos nos irán destruyendo esos lazos tan preciados que se han formado.

Poco a poco, con el correr de los días, aprendo a no extrañar, no a olvidar, sino a asumir que ya terminó esa rutina, que viene una "nueva vida", aunque suene exajerado, y lo unico que quiero es que comience, para pertenecer de una vez por todas a algo, y dejar de vagar en la nada, porque ni en mí me sumerjo, como antes lo hacia pensando en abstractos o en ideales, no, ahora se trata de mirar el reloj sin remordimientos por el tiempo perdido.

A esa gente que he aprendido a conocer un poco más, lamento no haberlo hecho antes, pero se que solo duró lo que duró este verano, y lamento tanto que las personas sean asi, como objetos desechables, aunque me dejaron mucho, y lo siguen haciendo. Una vez me dijeron que era exagerada y por todo armaba un mundo lamentandome por pequeñeces. El comentario me molestó. Ahora me parece verdadero.

No quiero cambiar. No quiero pensar en que todos lo harán. No quiero creer que los amigos se van. No digo que no eran amistades de verdad, solo que fueron parte de una etapa que ya terminó, aunque no lo entienda.